LA ALEGRÍA DE SER

"ALGO DE MÍ"
Reflexión:
Normalmente todas las actividades humanas tienen un solo y único propósito, lograr felicidad.
Hoy día, vivir se ha convertido en una experiencia tan dura, desapercibida y menospreciada, que todos buscan cualquier cosa que hacer menos vivir.
Y es que la vida, no fue creada para ser una prisión. Fue diseñada como una plataforma para la creatividad y la expresión, colorida y desafiante, donde nosotros podamos tener muchos intervalos y aventuras, pero siempre manifestando y experimentando gozo.
La raza humana entiende que la alegría se deriva de tener buen posicionamiento social, económico y religioso. ¡Nada tan lejos de la realidad!
Fuimos creados para ser felices y eso está escrito con tinta indeleble en nuestro ADN espiritual. Es por eso que las religiones tienen tantos seguidores: detrás de la promesa de un paraíso, de vida eterna o de la erradicación del dolor. Las religiones son verdaderas fábricas de sueños.
Nos preguntamos si te habrás fijado que cuando la alegría nos embarga el tiempo no existe, entramos a una burbuja sin gravedad, tan ligero como una pluma de ganso flotando en el aire y pasamos a ser ciudadanos del cielo.
La alegría es un estado de ser sublime incluso equiparable a la paz porque en ella no hay carencia, no hay espacio para las malas acciones, sino que estamos satisfechos y completos. De esta manera la creatividad encuentra su cenit olvidándonos por completo del fardo de lastres que acarreamos a nuestras espaldas y que resulta tan difícil soltar.
Así, la vida se convierte en una hermosa aventura que nos lleva a experimentar un sostenible desarrollo espiritual que es el desafío de conectarnos con lo más esencial y elevado de de nuestro ser.
En un estado de gozo exuberante, estamos en paz con todo lo que somos. Mientras más ejercitamos esta habilidad, más nos familiarizamos con la alegría y menos esfuerzo hacemos para gravitar hacia un contentamiento que brota desde nuestras mismas entrañas.
El deseo de Dios es que seamos dichosos pues a más dicha más expresamos Su semejanza validando así nuestra armonía con nuestro entorno.
La alegría no se circunscribe solo a los humanos, las plantas y los animales la experimentan, y vamos más lejos afirmando que los hogares expresan felicidad si en ellos habitan pensamientos de gozo.
¿Y tú, vives en el gozo?
¡Dios te bendice!
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